“El crimen es, todo acto consciente que lesiona la libertad de obrar de un individuo de la misma especie que el autor del acto”.
CAUSAS DEL ACTO DELICTIVO
No resulta extraño que desde antiguo se hayan querido conocer las causas que impulsan a ciertas personas a cometer un crimen porque ello permitía combatir la criminalidad con mayor eficacia. Sin embargo, las nociones de lo que es o no es criminal varían con el tiempo, y ello, unido a la propia multiplicidad de los delitos, ha dificultado a los historiadores, sociólogos y criminólogos la elaboración de una teoría general del fenómeno criminal y de sus causas.
PRINCIPALES TEORÍAS
Muchos han expuesto atrevidas teorías pero todas tienen un fondo de incertidumbre.
La Escuela Clásica ha propuesto que todas las personas actúan de acuerdo con su libre voluntad, ejercida de forma racional, y también asegura que la actividad ilegal está motivada por los mismos principios que la actividad legal, buscando la satisfacción y eludiendo el sufrimiento. La única diferencia es que la primera se efectúa rompiendo las reglas, es decir, incumpliendo la ley.
En la segunda mitad del siglo XIX surge la Escuela Positivista de criminología, que pudo postular la existencia de factores sociales, personales y ambientales como determinantes del comportamiento criminal. Los principales integrantes de esta escuela (Lombroso, Ferry y Garofalo) aseguraban que en el delincuente se podía encontrar algún elemento congénito,por lo que la responsabilidad recae sobre el propio individuo. Por lo contrario, los franceses consideraron el medio social como el caldo de cultivo de la delincuencia, por eso ellos opinaban que la sociedad era la responsable y que el delincuente era una víctima del orden social.
Según las teorías psicológicas, las diferencias existentes en inteligencia, personalidad y otros factores, no sólo dividen a los criminales del resto sino que constituyen la causa de sus delitos.
Así, afirman que la falta de inteligencia fomenta el crimen, puesto que hace que las personas sean incapaces de controlar sus emociones y deseos.
En cuanto a todo esto,se han enunciado otros muchos tipos de teorías al respecto.
CONCLUSIÓN
En la criminalidad podemos observar un verdadero conflicto de voluntades: la perversa del hombre delincuente, siempre dispuesto a atentar contra la vida, honra y bienes de sus conciudadanos, y por otro lado, la voluntad de la colectividad. La infracción está determinada por dos factores: factor individuo y factor sociedad. Cada uno de ellos tienen una acción propia y caracterizada en la evolución y producción del fenómeno sociológico y criminal, que aún sigue perdurando.