El concepto de las armas especiales y tácticas, de América y algunos departamentos de policía internacionales, se originó en la década de 1960 como consecuencia de varios incidentes de disparos de francotiradores contra civiles y agentes de policía en todo el país. Muchos de estos incidentes ocurrieron en Los Ángeles. Tras un examen crítico de cada incidente, que fue manejado por la policía, la dirección de la policía de Los Ángeles, se dieron cuenta de que una respuesta eficaz a estas situaciones de peligro era prácticamente inexistente. John Nelson presentó las armas especiales y tácticas de concepto a un joven inspector con el nombre de Darryl F. Gates. El inspector de Gates estuvo de acuerdo y aprobó el concepto de un pequeño grupo de oficiales altamente disciplinados utilizando armas especiales y tácticas para hacer frente a estos ataques inusuales y difíciles, con armas especiales, tales como fusiles de asalto, ametralladoras, escopetas, carabinas, agentes antidisturbios, granadas y rifles para francotiradores…
Por tanto, se encargan de realizar rescates y luchar contra las operaciones de terrorismo, con la participación de delincuentes fuertemente armados.
Tienen como objetivo fundamental salvar la vida de los civiles involucrados en las ocasiones antes nombradas. Sus componentes, deben de superar unas pruebas de selección y un entrenamiento especial de gran rigor y dureza, tanto a nivel físico como mental. Una excelente preparación física y una inteligencia muy alta son imprescindibles, junto con un gran autocontrol emocional, decisión y capacidad de autosuperación.